El Girasol, 1907
Gustav Klimt (1862 – 1918) fue un pintor simbolista, uno de los grandes representantes del modernismo y de la Secesión Vienesa. Quien dice Klimt, dice Viena, mujeres, erotismo, sofisticación, estética. Pero hay muchos Klimt, y uno de ellos es el que se relaciona con la naturaleza, lejos de lo urbano.
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1899, Huerto por la noche |
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1899, Una mañana en los estanques
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1900, Granja con abedul |
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En estos primeros cuadros vemos una gran belleza, pero una estética un tanto sombría propia del paisaje simbolista.
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1901, Casa en Kammer en Attersee
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1901, Bosque de abetos |
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1901, Lago Attersee
Klimt parece atraído por los bosques, esos lugares hermosos, llenos de misterio, de leyendas, y en los que uno puede jugar a perderse o hacerlo realmente.
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Klimt en Attersee |
El lago Attersee es muy importante en la vida de Klimt. Desde 1890 comienza a viajar con la familia Flöge a este lago y es en este escenario en el que realizará al natural casi todas estas obras. El Attersee es un lago de considerables dimensiones (20 km de norte a sur, 4 de este a oeste) rodeado de montañas en el corazón de los Alpes Austriacos.
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1902, Hayedo |
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1903, Bosque de abedules |
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1903, Se prepara una tormenta |
Hasta aquí los cuadros de Klimt tienen un cierto aire melancólico, unos tonos más bien fríos, muestran una naturaleza que tiene sus peligros y amenazas. Pero, un cambio va a producirse.
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1903, Perales
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1904-Prado en flor
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1904-Rosas |
El colorido es más cálido y alegre, más optimista. La atención del artista no se centra tanto en los árboles sino en las flores y frutos, en aquello que la Naturaleza nos regala. Klimt no pinta la naturaleza salvaje, sino aquella modelada por la mano del hombre.
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1905, prado de flores en Litzlberg |
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1905, Jardín en flor |
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1906, Jardín con girasoles |
A partir de 1907, hay otro cambio significativo, pero lo dejamos para otra entrada, porque en esta ya no cabe ni una flor.
Este post continúa en Gutav Klimt y la naturaleza II
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Genial como siempre, Alicia. La gente suele asociar el simbolismo con el decadentismo, incluso por cierto gusto por lo macabro y satánico, pero ante todo era una búsqueda de la belleza absoluta, en una época (la de la Revolución Industrial) en que era difícil percibirla. Saludos.
ResponderEliminarGracias y saludos, Epaminondas
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