martes, 30 de octubre de 2012

Un cuadro: Symposium

Akseli Gallen-Kallela, Symposium, 1894, 74x100cm, óleo sobre lienzo
El symposium era en la Grecia antigua, según se recoge en el Banquete de Platón, la segunda parte de la comida, el equivalente al postre actual, durante la cual un grupo restringido de comendales discutía sobre un tema. Parece claramente que a ello hace referencia este cuadro pintado en 1894 por el gran pintor finlandés Akseli Gallen-Kallela.
 
De izquierda a derecha aparecen en el cuadro: de pie el propio Gallen-Kallela,  desmayado sobre la mesa, Robert Kajanus (compositor y director de orquesta) y sentados los también compositores Johan Sibelius y Oskar Merikanto. Parece que se ha bebido por las botellas vacías y el estado de Kajanus.
 
El cuadro mezcla elementos realistas y simbólicos. Parece estar iluminado por una potente luz artificial cenital, pero en lugar de las paredes del restaurante Kämp de Helsinki donde solían reunirse estos artistas, el fondo es un inquietante paisaje nocturno con luna llena. De él ha desaparecido la figura ingrávida y en suspensión que aparecía en la versión inicial que podemos ver abajo.
 
Symposium, El problema, 1894, óleo sobre lienzo, 58,5x56,5cm

También ha desaparecido la botella caída, ha empeorado el estado etílico de  Kajanus y parece haber mejorado el de  Merikanto. Pero, un nuevo elemento, una gran figura que estaría fuera del marco y de la que el pintor sólo nos deja ver las alas desplegadas, es la gran presencia ausente del cuadro. El interés y la mirada de todos los que están en un estado razonable se centra en ella. No sabemos si es una esfinge, una figura alada asiria o cualquier otra representación del Ideal.

La obra es altamente simbolista, reflexiona sobre el artista y la creación. Ahí están los cuatro (o mejor los tres, porque el cuarto no está para muchos trotes) cara a cara frente a la quimera de la creación.

Los cuatro forman parte de una generación creativa y apasionada por el origen y los mitos de Finlandia, grandes lectores del Kalevala (poema épico en el que por Eias Lönnrot recogió la tradición oral finlandesa).

Y para acabar escuchemos Finlandia, precioso poema sinfónico de Johan Sibelius.
 
   
 

3 comentarios:

  1. Muchísima gracias por el regalo de tanta belleza junta, el cuadro, su completa y pedagógica descripción y la música. Ah!, y y por toda su actividad.

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  2. Una magnífica entrada y explicación de un cuadro del que no sabía nada. Un saludo

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